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La inviolabilidad de las colecciones de los museos y el derecho internacional

agosto 9, 2012

The British Museum

Head of a horse of Selene from the East pediment of the Parthenon. The British Museum

Interesante artículo en el diario El Mundo del historiador Felipe Fernández-Armesto defendiendo el derecho de los museos a sus  colecciones frente a «la amenaza» que supone el movimiento restitucionista:

(…) Los amenaza un movimiento mundial, cada vez más coherente, más fuerte, y más estridente, dedicado a reclamar la restitución o «repatriación» de los objetos de importancia cultural. El movimiento tiene raíces muy respetables en el deseo poscolonialista de cancelar las injusticias de los siglos XIX y XX, cuando las grandes potencias occidentales se aprovecharon de su poder y riqueza para adquirir objetos de valor de gente necesitada o atemorizada en zonas desaventajadas del mundo. Intervino también la experiencia chocante de los saqueos de los nuevos vándalos de la II Guerra Mundial, llevando el botín de sus conquistas a embellecer los templos seculares del nazismo y humillar a sus víctimas. Por eso tenemos, desde 1954, una serie de acuerdos internacionales que vigilan el comercio de obras de arte y objetos culturales e insisten en la restitución de objetos adquiridos por robo o saqueo, dentro de determinados límites cronológicos, aun cuando los museos o coleccionistas relevantes los adquirieron honradamente sin enterarse de su obtención ilegal. Es importante mantener esos acuerdos: he aquí uno de los motivos primordiales de insistir en que se trata independientemente, y sin prejuicios, a los casos que caen fuera de sus límites.

Pero hay que reconocer dos hechos: los museos -o por lo menos los buenos- son archivos de fuentes históricas cuya integridad debe respetarse; y las comunidades que dan abrigo a objetos de procedencia lejana tienen un interés legítimo en quedarse con ellos. Invierten emoción y gastos de conservación en joyas que vienen a ser parte de su propio patrimonio. Los códices mesoamericanas de la Biblioteca de la Universidad de Oxford, por ejemplo, o las máscaras mexicanas de piedra verde del Museo Británico han pasado más tiempo ya en Inglaterra que en Méjico y han venido a ser parte del patrimonio de Inglaterra, a pesar del hecho innegable de que llegaron al país por primera vez mediante piraterías y saqueos.

(…)

La gran mayoría de los objetos contenciosos están en museos donde sirven a la investigación y la enseñanza, donde están disponibles a todo el mundo y donde forman parte de archivos íntegros y sistemáticos para el estudio comparado de civilizaciones.

(…)

El debate está abierto. Mi posición no es todo o nada. La discusión es bienvenida. Creo que hay que estudiar caso por caso, pero en principio estoy de acuerdo con la tesis de Fernández-Armesto sobre la integridad de las colecciones y creo que debe tenerse seriamente en cuenta el interés legítimo de las comunidades de las comunidades que custodian los objetos de arte en mantenerlos en museos abiertos a la enseñanza y la investigación.

2 Responses to “La inviolabilidad de las colecciones de los museos y el derecho internacional”

  1. Juan Pablo Bohoslavsky Says:

    Lo que el autor de la nota no dice es que defiende la integridad de ciertos museos, no de todos.
    Estoy seguro que los museos en Lima podrían replicarle exactamente lo mismo: “devuelvan las piezas incas así podemos exhibirlas todas aquí”.
    ¿Por qué la integridad de los museos en Londres o Madrid vale –artística, histórica o jurídicamente- más que la de los museos de los países en los que las piezas fueron sustraídas mediante pillajes a gran escala?
    El autor intuye esto, por eso, creo, se ataja diciendo que (esas piezas) “están en museos donde sirven a la investigación y la enseñanza, donde están disponibles a todo el mundo”. Habría que agregar “a todo el mundo que tenga los recursos y las ganas de trasladarse hasta una capital europea”.
    Como una de las formas de reparación por crímenes masivos puede ser “simbólica”, de hecho los museos europeos podrían contribuir a hacer justicia mientras fortalecen la integridad de los museos en Lima y El Cairo.
    No sugiero que haya que devolver todas las piezas frente a cada reclamo, pero por lo menos sentarse a discutir con cada país para tratar de arribar a soluciones consensuadas. Pero rechazar el reclamo de los países en los cuales se robaron las obras arguyendo la necesidad de preservar la integridad de los museos europeos es, de alguna manera, repetir injusticias del pasado.

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    • En mi lectura del artículo sí hay explícita una aceptación de que se defiende la integridad de las colecciones de algunos museos, que además de las cualidades que citas, referidas a la investigación y al acceso universal, incluyen también la perspectiva comparada, como algo distinto a la autocontemplación. Quizá este último elemento era más importante antes de internet que ahora, es cierto, pero esa regla sobre las condiciones contemporáneas relativas a la forma en que contemplamos el arte se aplicaría a todos los razonamientos. En cualquier caso, eso no pretende ser una respuesta a tu crítica sobre la posible repetición de injusticias remotas, que se merece una reflexión autónoma. Como dije en el comentario, yo estoy a favor de este debate, es necesario, aunque la discusión debe extenderse a todos los puntos, incluida la complicada cuestión relativa a la identidad y la legitimidad de las reclamaciones.

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