¡Gaudeamus Igitur: 1923-2023!
mayo 24, 2023

Prof.ª Eulalia W. Petit de Gabriel (Universidad de Sevilla)
Vivat Academia, vivant professores. Vivat membrum quodlibet, vivant membra quaelibet, semper sint in flore.
Propuesta su creación al compás de la segunda Conferencia de la Paz de La Haya de 1907, promovida desde 1910 por el Instituto de Derecho Internacional, impulsada por Tobias Asser con parte de la dotación de su Premio Nobel de la Paz de 1911, y financiada por la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, la Academia de Derecho Internacional de La Haya se fundó el 28 de enero de 1914. Inauguró su actividad el 1 de octubre de 1914, aunque vería impedido su desarrollo ulterior unos años por la recién iniciada Gran Guerra.
Por ello, no fue hasta el 14 de julio de 1923 cuando tuvo lugar la sesión inaugural de los cursos de verano de la Academia de Derecho Internacional de La Haya, cuyo centenario hoy conmemoramos. Los cursos en sí comenzaron dos días después en el Palacio de la Paz. Aquel primer verano las clases terminaron el 28 de agosto, tres días antes de lo previsto por coincidir con las celebraciones del 25 aniversario de la entronización de la Reina Guillermina.
¡Qué no hubiera dado una por haber estado allí, por haber escuchado emocionada cómo se narraban las que se convertirían en primeras páginas del Recueil! ¡Qué regalo de la vida poder asistir hoy a los actos de celebración de su centenario!
En 1923 las seis semanas de cursos no estaban aún divididas en enseñanzas de Derecho internacional público y privado (ello se produciría a partir de 1958), aunque sí se organizaban en dos períodos, permitiendo así multiplicar el número de participantes, pues el número de inscritos superaba con creces los asientos de la sala. Aquel verano, la primera sesión contó con 306 auditeurs (de los que 21 mujeres), en las tres primeras semanas: ninguno era español. En cambio, en la segunda sesión participó un español entre los 350 estudiantes inscritos (de los cuales 35 mujeres), como nos dejó escrito James Brown Scott, miembro del Curatorium entre 1923 y 1946. Muy pronto, en 1925, el primer profesor español se subiría al estrado para impartir un curso, Quintiliano Saldaña quien habló sobre La justice pénale internationale.
Cerrando el primer centenario, este pasado verano de 2022 siete participantes españoles asistieron a los cursos de Derecho internacional público, de los cuales cuatro mujeres, entre más de trescientos veintes inscritos. En la sesión de Derecho internacional privado hubo tres auditeurs y una auditrice españoles entre más de doscientos participantes. Y como contribución de la academia española, el primer siglo se cerró con las enseñanzas del Prof. Casado Raigón, quien impartió un curso sobre la aportación de la jurisprudencia al desarrollo del Derecho del mar en la primera semana de la sesión de Derecho internacional público. Este verano, 2023, cuando la Academia inaugure su segundo siglo de vida, el Prof. Francisco Garcimartín, quien ya impartiera un curso corto en 2007, será quien dicte el Curso General de Derecho Internacional Privado.
La Academia, como todo cuerpo, tiene una mente que la dirige. En este caso, se trata de su Curatorium, una élite cooptada en un medio internacional no exclusivamente académico, en el que el trabajo previo en la Comisión de Derecho Internacional, la Corte Internacional de Justicia, y otras instituciones análogas ha jugado casi siempre un papel significativo. Fundado originalmente por los presidentes de los capítulos del Instituto de Derecho Internacional, ello determinó la ausencia de españoles entre los miembros del originario “directorio académico”, como nos ha contado el Prof. Remiro Brotons. No obstante, al mismo serían llamados sucesivamente Yanguas Messías, Cortina y Truyol Serra. Este último -primer académico que había impartido previamente cursos en la propia Academia- dejaría paso al también profesor Juan Antonio Carrillo Salcedo, quien hubiera podido suceder a Boutros Ghali como Presidente del Curatorium llegado el momento, como cuenta el actual, Yves Daudet. Su muerte -siempre temprana- en 2013 lo impidió, pues Boutros Ghali le sobreviviría 3 años. Hoy el Curatorium, como en su origen, no cuenta con ningún español en su seno.
En su primer siglo, la Academia no se limitó a la organización y celebración de sus cursos de verano. A ellos sumó numerosas actividades ya tras las segunda guerra mundial: el Diploma en 1950 y los seminarios a él asociados; el Centro de Estudio de Investigación, iniciativa de Jessup en 1956, que tuvo su primera sesión en 1957; el Programa Externo, diseñado por un grupo de expertos creado en 1965, y adoptado por el Curatorium en 1968, el cual inició su actividad el año siguiente.
Un nuevo impulso y diversificación se ha producido en la última década de este su primer siglo. A partir de 2015, y bajo los mandatos sucesivos de Yves Daudet y Jean-Marc Touvenin como Secretrarios Generales, la Academia ha creado un programa de cursos de especialización con sesiones sobre Gender Justice (2015), International Criminal Justice, Migration and Human Trafficking (2016), International Law and Economic Crime (2017) and International Criminal Law in an Age of Innovation: New Technologies and Changing Enforcement Strategies (2018); y otro de cursos “a medida”, como el organizado a petición del poder judicial de Tailandia sobre International Law Regarding Migrant Smuggling and Human Trafficking en 2019. Ese mismo año 2019 inauguraría su sesión de cursos de invierno. Y en 2021 la Academia introdujo dos competiciones para estudiantes: The Day of Crisis, que se desarrolla en 24 horas continuas de negociación entre equipos (en 2023, el equipo de la Universidad Carlos III de Madrid obtuvo dos de los cinco galardones, el Best written advice y Best speaker), y una competición de Derecho internacional penal en francés, Procès simulé devant la Cour pénale internationale. Y durante los últimos años, los cursos de verano han animado encuentros para los doctorandos inscritos en las sesiones respectivas, con actividades específicas de presentación, análisis y debate. Sólo a partir de 2022 se ha incorporado la información al tradicional póster de la sesión, aunque vienen realizándose desde hace más de un lustro.
Para este nuevo siglo queda la histórica reclamación de las enseñanzas en español en la Academia, de la cual dio cuenta la Revista Española de Derecho Internacional en 1986, reclamación cautiva de las finanzas, al contar de Yves Daudet, actual Presidente del Curatorium. El debate resurge vivamente hoy, acompañado por la reciente aprobación del español como lengua oficial de la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado en marzo de 2023 y las discusiones sobre la incorporación del español a los trabajos de la Corte Internacional de Justicia, idea promovida ya en 2021 en la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia Española, planteada ante la Conferencia Permanente de Academias Jurídicas de Iberoamérica, llegando la discusión al propio Senado español en marzo de 2023.
Me emociona poder contar todo esto habiendo estado sentada un día como hoy en una de las casi 400 sillas del auditorio. El Secretario General, Jean-Marc Thouvenin, su extraordinario equipo, han logrado un difícil equilibrio en la organización de estos tres días. Hoy hemos disfrutado de una jornada muy emotiva e intensa, algo protocolaria, académica lo justo, que para algo hay dos días de coloquio después. La Academia, que en los tres últimos años ha vivido como todos nosotros virtualmente, ha abierto su celebración a muchos más de los que caben en su auditorio a través de las redes. Y para la historia quedarán luego los registros grabados del día de hoy.
Sin duda, todas las intervenciones han dejado una huella en el auditorio en el día de hoy, público entre el que se encontraban muchos jueces de la CIJ, incluida su presidenta, el Curatorium en pleno, y el Ministro de Asuntos Exteriores de Guatemala. Este último ha hecho entrega de la más alta condecoración de este país, concedida a la Academia. Al recibirla, Yves Daudet ha subrayado el hito histórico que implica: se trata del primer reconocimiento otorgado por un Estado a la institución.
Basten quizás un par de pinceladas para compartir el espítritu del día. No podré nunca olvidar haber escuchado a Mme. Geneviève Bastid-Burdeau rememorar a su abuelo Jules Basdevant en este centenario. La fuerte presencia de la lengua francesa en la Academia ha recibido su más hermoso homenaje en la voz de la Jueza de la CIJ y miembro del Curatorium, Hilary Charlesworth. La calidad y calidez en su intensa defensa de la necesidad de ampliar la diversidad en la Academia (en términos de género, de geografía y culturas entres sus profesores especialmente) se dividió en dos tiempos, uno en francés y otro en inglés. Tan sólo ella se atrevió con el bilingüismo.
Una jornada con horas para escuchar discursos y música casi por igual, con momentos de saludos mientras se brindaba con un aperitivo en el propio atrio de la academia, y con tiempo de convivencia durante la cena después, ya en el Hotel des Indes. Aunque en número más reducido de asistentes, cada mesa aglutinaba un grupo diverso de comensales bajo el nombre de uno de los presidentes del Curatorium, tras una copa de cava -español- de bienvenida. Frede Castberg (presidente del Curatorium entre 1963 y 1976) me reunió con dos miembros del Curatorium, la Jueza del Tribunal Internacional de Derecho del Mar, Mª Teresa Infante Caffi, y la Profesora Giudita Cordero Moss, un privilegio para mí, sin duda.
Y así y aquí seguiremos jueves y viernes dedicados a la discusión académica. Y habrá debate sin duda: por la calidad de los ponentes, miembros muchos del Curatorium, junto a otros escogidos académicos, por los temas, que giran en torno a grandes cuestiones del Derecho internacional (interés público, humanización, desafíos contemporáneos), por la circulación previa de los “travaux-préparatoires” (‘not to be quoted’, nos advirtieron), que cuentan más de 150 páginas… Serán dos jornadas de trabajo que más recuerdan la intensidad de las sesiones del Centro de Estudios e Investigación de la Academia que las tranquilas jornadas de sus cursos de verano. Y lo escribe quien (casi) nunca faltó a un seminario en los veranos en los que asistió a la Academia como jeune auditrice.
Hoy, según caminaba de regreso hacia mi hotel, pensaba en quienes construyeron parte de esta historia de la Academia y ya nos han dejado: sin haber conocido a Adolfo Miaja de la Muela, tuve la fortuna de escuchar al menos a Antonio Truyol Serra, Antonio Poch Gutiérrez de Caviedes, Julio González Campos, Manuel Díez de Velasco, Luis Ignacio Sánchez Rodríguez, Juan Antonio Carrillo Salcedo, Alegría Borrás… Seguro que me/nos animarían a estar atent@s mañana y pasado, a ver con nuestros ojos a través de los suyos, a recordar sus enseñanzas, sus escritos, sus dudas, … y estoy convencida de que también, escuchando, preguntando, debatiendo, nos animarían a dejar tiempo al sosiego de la mente, para que las ideas reposaran y crecieran en este frenético mundo que es hoy la Universidad. Ellos, antes que nosotros, construyeron la columna vertebral del Derecho internacional en nuestro país y, en su caso, también, en la Academia de Derecho Internacional de la Haya. Sirva esta entrada igualmente de homenaje a su memoria. Sigamos sus pasos, creemos academia y Academia.
¡Larga vida a la Academia!

REFERENCIAS (por orden cronológico, no alfabético)
- SCOTT, James Brown. “The Hague Academy of International Law.” The American Journal of International Law, vol. 17, no. 4, 1923, pp. 746–51. JSTOR, https://doi.org/10.2307/2188662
- SCOTT, James Brown. “The Hague Academy of International Law.” The American Journal of International Law, vol. 19, no. 4, 1925, pp. 768–71. JSTOR, https://doi.org/10.2307/2188320
- DUPUY, René- Jean, The Hague Academy of International Law. Jubilee Book (1923-1973), Leiden, A. W. Sijthoff, 1973.
- GROSS, Leo, “Book review on The Hague Academy of International Law. Jubilee Book (1923-1973)”, The American Journal of International Law, Vol. 68, No. 1, 1974, pp. 137-138, URL: https://www.jstor.org/stable/2198822
- REMIRO BROTÓNS, Antonio, “Españoles en el “Curatorium” de la Academia de derecho Internacional”, Revista Española de Derecho Internacional, Vol. 30, No. 1, 1977, pp. 105-113, URL: https://www.jstor.org/stable/44294673
- “Solicitud de los alumnos de habla hispana de la 56° sesión de la Academia de Derecho Internacional relativa al uso del castellano como lengua de la Academia”, Revista Española de Derecho Internacional, Vol. 38, No. 2, 1986, p. 805, URL: https://www.jstor.org/stable/44296249
- SKUBISZEWSKI, Krzysztof, “The contribution of the Academy to the development of the science and practice of Public International Law; address delivered on the occasion of the 75th anniversary of the Academy”, RCADI, vol. 271, 1998, pp. 57-100.
- STRUYCKEN, Antoon Victor Marie, “La contribution de l’Académie au développement de la science et de la pratique du droit international privé; conférence prononcée à l’occasion du soixante-quinzième anniversaire de l’ Académie”, RCADI, vol. 271, 1998, pp. 11-56.
- CANÇADO TRINDADE, Antonio Augusto, “The Universality of International Law, its Humanist Outlook, and the Mission of the Hague Academy of International Law”, Netherlands Quarterly of Human Rights, vol. 32, núm. 1, 2014, pp. 109–117. https://doi.org/10.1177/016934411403200106
- DAUDET, Yves, “La Academia de Derecho Internacional, evoluciones y repercusiones”, Revista Española de Derecho Internacional, 2017, Vol. 69, No. 2, pp. 13-18, URL: https://www.jstor.org/stable/10.2307/26187874
mayo 25, 2023 at 5:17 am
Leer este homenaje a La Academia de La Haya ha sido un emotivo viaje en el tiempo, un sentido recordatorio de como la Academia ha dejado una huella académica y personal en cada uno de nosotros. Sin duda La Academia seguirá siendo un lugar de encuentro, de aprendizaje, crecimiento, de diálogo plural y una fuente constante de motivación e inspiración para crecer ante los desafíos del Derecho Internacional.
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mayo 25, 2023 at 10:42 am
Enhorabuena Eulalia por este hermoso texto. Me alegro mucho de que hayas podido asistir a este magnífico evento. Muchas gracias.
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