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Scorecard 2012: Una valoración de la Política Exterior Europea

marzo 27, 2012

Hans Kundnani, uno de los autores de European Foreign Policy – Scorecard 2012, presentó y discutió hoy ese documento en una reunión convocada por el European Council on Foreign Relations, dirigido en España por José Ignacio Torreblanca. Es un experimento muy interesante, que consiste en estudiar la política exterior europea posterior al Tratado de Lisboa juzgando las acciones de las Instituciones de la UE y sus 27 Estados miembros de la UE respecto de objetivos concretos de política exterior. En cada caso se califica la unidad de la UE, los recursos empleados y el resultado obtenido. De acuerdo con estos criterios, los Estados son considerados líderes o «remolones» (esta es la traducción castellana de slackers que ha preferido el ECFR español).

El informe constata que la idea de Europa es hoy más débil, que la intención que sustentaba el espíritu y la letra del Tratado de Lisboa, esto es, que se produjese un cambio del centro de poder en política exterior desde los Estados hacia Bruselas, no sólo no se ha producido, sino que vivimos una renacionalización de la política exterior europea que ya era evidente para el Scorecard 2011 y que se ha intensificado desde entonces. A esto se une la erosión del poder diplomático europeo que ha traído consigo la crisis financiera y económica.

En la discusión, por supuesto, se hicieron muchas críticas, entre las que me quedo ahora con dos. Primero, la no inclusión de algunas regiones, especialmente de América Latina pero también el sur de África, en el universo de objetivos de política exterior de la UE calificados por el Scorecard. Segundo, la consideración de las políticas desde un punto de vista procesal y geopolítico, sin atender en ocasiones a la conformación de una política exterior europea alternativa que tienda a formar una unión mejor. Esto se puso de manifiesto en relación a la calificación de España como remolona en relación con la propuesta de apoyar que Alemania (junto a India, Brasil y Japón) pase a ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Nacionas Unidas. En todo caso sería difícil que esta propuesta (o cualquier propuesta de reforma del Consejo de Seguridad) tuviera éxito, pero de tenero sería tanto como favorecer el liderazgo de los Estados más fuertes de Europa dentro del Consejo de Seguridad y no necesariamente a la política exterior de la Unión Europea.

Más allá de estas y otras posibles críticas, como decía al comienzo de este post, el Scorecard es un valioso ejercicio de valoración de la política exterior de la Unión Europea.

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